Puerta de acceso

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La ubicación de la puerta de entrada resulta muy importante por cuanto condiciona el flujo de clientes desde la calle y en su posterior circulación dentro de la farmacia. Deben evitarse las barreras, tanto físicas como psicológicas, que dificulten la entrada. Una puerta abierta invita a entrar, mientras que una cerrada induce a pensárselo. Hay que buscar la máxima transparencia para que pueda verse el interior.

Ubicación

Dependerá de los metros de la fachada y de las normas de las diferentes comunidades autónomas sobre cómo se contabiliza la distancia mínima con respecto de las farmacias próximas.

Como norma general, se situará a la derecha de la fachada desde la perspectiva de la calle. Cuando no pueda ser a la derecha, tendremos las siguientes alternativas:

  • Central: cuando la fachada disponga de pocos metros, formando un vestíbulo interior que se integre con la calle y con los escaparates situados a ambos lados.
  • Esquina: cuando la farmacia dé a dos calles y el flujo de personas sea importante en ambas; cuando no se pueda ubicar en la esquina, habrá que estudiar la posibilidad de dos puertas, según la circulación exterior (pasos de peatones, salidas del metro, paradas de autobuses, calle de bajada, etc.). Sin embargo, disponer de dos puertas puede dificultar el control del público.