El escaparate

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El escaparate constituye nuestro primer gran vendedor y, como tal, debe formar parte de la estrategia de comunicación. Sus valores son:

  • Proyecta la imagen de la farmacia y conecta con los deseos de los clientes.
  • Transmite una idea de lo que se encontrará en el interior: personas que se preocupan por su salud y la de su familia, servicios personalizados, un espacio cuidado y agradable y productos de calidad que pueden satisfacer sus necesidades.
  • Debe ser diferencial con la competencia.
  • Debe atraer el interés del paseante, provocar la intención de compra y conseguir que entre en la farmacia.
  • Punto de información de ofertas y promociones.
  • No sólo tiene que ser estéticamente agradable, sino que debe provocar la intención de compra del producto que expongamos.
  • Solo se debe exponer el tipo de producto que nuestro público desea y puede comprar.

Tipos de escaparate

Abierto

  • Permite ver el interior de la farmacia.
  • Puede tener un pequeño fondo de un máximo de 135 cm de altura para realzar el producto.
  • Es el que más se utiliza.

Cerrado

Cuando no se puede o no interesa ver el interior de la farmacia por uno de los siguientes motivos:

  • no está situado frente al espacio de venta
  • forma parte de los laterales de una puerta con vestíbulo interior.

La propia farmacia es el escaparate

Cuando la longitud de la fachada no permite disponer de una zona destinada a escaparate debemos conseguir que la misma farmacia se convierta en llamada de atención y que todo el interior haga de escaparate.

Difuminar los propaganda de la competencia. No nos interesa hacerles publicidad

El primer principio que se debe tener en cuenta es el de no mezclar conceptos distintos en un mismo escaparate: un producto de alimentación infantil no debe colocarse junto a un producto para el resfriado, por ejemplo.

Factores a considerar para la creación del escaparate:

  • Visibilidad: buena iluminación del producto, agrupaciones de productos y mensajes legibles en 3 segundos.
  • Simplicidad: mensajes claros y recordables.
  • Unidad: monotemático en producto, servicio, evento o experiencia.
  • Originalidad: fundamental para que el público se pare, reflexione y entre.
  • Dinamismo: debe ser una exposición dinámica, creando ritmos con la repetición de planos, líneas o colores).
  • Dimensiones del escaparate
    • Altura máxima desde la calle, entre 125 y 150 cm.
    • Elevación del producto, entre 50 y 90 cm, mediante un zócalo.
    • Fondo, entre 50 y 70 cm.
    • Módulos, de un máximo de 1 m de largo, siempre en función de la amplitud que se posea y con ruedas para facilitar montaje y limpieza.
    • Posibilidad de aprovechar la parte trasera para la exposición de productos visibles desde el interior del punto de venta.
  • Iluminación
    • Debe tener su propia luz.
    • Intensidad lumínica superior a la del interior de la farmacia (200 W/m2 puede ser suficiente).
    • Utilizar temporizadores de encendido y apagado para mantenerlo activo después del cierre hasta la hora que se desee.

Acerca de la duración y momento de cambio, cabe considerar que un escaparate tiene que estar expuesto 1 mes como máximo para que no pierda impacto y efectividad, y que la tercera semana del mes suele ser la mejor para el cambio, por ser la más floja en ventas y en intensidad de trabajo.