Mi bebé tiene miedo al agua ¿qué puedo hacer?

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Lo primero es entender que muchos miedos son irracionales. En algunas ocasiones una mala experiencia puede acarrear que tu bebé asocie una situación con una emoción negativa. Tranquilos mamás y papás, el hecho de que tu bebé tenga miedo al agua es muy común y se soluciona.

Mi bebé tiene miedo al agua ¿cómo le ayudo a superarlo?

El miedo al agua suele aparecer de pronto, sin un motivo lógico. Forma parte de su desarrollo y tiene que ver con la inseguridad física, los miedos heredados de los padres o una experiencia previa negativa. En cualquier caso, si tu bebé tiene miedo al agua, tiene solución.

1) Familiarizarse

El primer paso es “resetear” y analizar su relación con el agua. ¿Ha habido algún cambio que haya alterado su rutina de baños? ¿habéis cambiado de lugar de veraneo y el mar y la piscina han dejado de gustarle?

Hay que entender que el agua es un medio “inestable” para un pequeño acostumbrado a pisar en tierra firme. El agua de una piscina o el mar deja ver el fondo y los pequeños pueden anticipar una posible caída o golpe. Volver a familiarizarse con el agua es el primer paso. Siempre poco a poco. No hay prisa.

2) Evitar forzar

No le fuerces. Dale margen, que lo intente a su ritmo. Seguramente al principio será una negativa rotunda, con lloros incluidos, pero dale tiempo. Vencer un miedo no es fácil. Regañarle no servirá de nada, al contrario. Intenta preguntarte por qué siente miedo al agua. Poco a poco entenderá y verá -sobre todo si sus padres, hermanos o amiguitos también se meten en el agua- que no hay nada que temer. Recuerda, los pequeños también aprenden por imitación.

3) Paciencia

No te agobies si llora. Es normal. Es la manera más natural de demostrar el miedo, pero como bien sabes, el llanto acaba por remitir. Es un proceso de aprendizaje para ambos. Espera a que sea él el que te pida entrar al agua. Abrázale cuando estéis en el agua y háblale para que se calme y sienta que está seguro y que nada malo le va a pasar a tu lado. Si reaccionas sacándole del agua ante sus lloros, le confirmarás que no es un lugar seguro en el que estar.

4) Por partes

Si tu bebé tiene miedo al agua ¿es bueno insistir en que se lance al agua? Lo más conveniente es que os sentéis en el borde de la piscina o en la orilla de la playa y juguéis con los pies a chapotear, salpicar o jugar con alguna pelota. 

Si el miedo al agua también incluye la bañera, intenta cambiar la dinámica de la hora del baño. Pon las canciones que más le gusten, sus muñecos favoritos y báñale por partes con una esponja. Evita el chorro de agua por si se asusta y ten caldeada la habitación donde le seques y cambies de ropita para que el contraste de temperaturas no le agobie.

6) Es hora de jugar

No hace falta meterle de golpe. Si no lo hace, es hora de probar con juegos. Pasarle la pelota, jugar con un churro de corcho, sumergir algún juguete que le guste o hacer burbujas a su alrededor le ayudarán a calmar la ansiedad.

7) Valorar positivamente 

Si tu hijo se esfuerza por vencer el miedo al agua, valora y hazle saber que lo está haciendo bien. ¿Ya es capaz de sentarse solito en el bordillo? ¿no llora cuando le invitas a sumergirse? ¿se pone los manguitos sin que se lo digas? Es muy positivo que le digas lo bien que lo está haciendo.

8) Clases de natación

Muchas piscinas ofertan cursos de natación para mamás/papás y sus peques. Es una manera de pasar tiempo juntos, de divertirse y socializar con otros niños y padres. Los monitores saben cómo ayudarles a perder el miedo. A veces, la autoridad del monitor, por ser ajeno al núcleo familiar, puede ser beneficioso para convencer a tu hijo de que los juegos en la piscina son un momento estupendo.

¡No dudes en compartir tu experiencia! Muchos padres te agradecerán tu aportación.

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