¿Cómo evitar resfriados en tu bebé? 8 consejos para el frío
Abrigarles… en su justa medida
Algunos papás y mamás son demasiado cautos y ponen demasiada ropa de abrigo al bebé. Para evitar el resfriado la ropa de abrigo es necesaria, pero no olvides que tu bebé ¡también necesita moverse!
Lo mejor es aplicar el método de la cebollita, es decir, vestir a tu bebé con varias capas finas que permitan ir quitando la ropita en caso de que entréis en un lugar con calefacción o simplemente suban las temperaturas. Si el pequeño empieza a sudar, el sudor se puede enfriar y entonces sí que hay muchas posibilidades de que aparezca un buen catarro.
2. Cuidado con los cambios
Al igual que pasa con los adultos, los cambios bruscos de temperatura afectan directamente a la salud. Si vais de paseo por el parque a mediodía las temperaturas son más altas que durante la tarde. Fíjate en los horarios e intenta salir a la calle en las horas de más calor durante el otoño e invierno para evitar el resfriado.
Además de la hora del día, ten en cuenta que los cambios de temperatura también se producen en casa (incluso de una habitación a otra) o en el coche si ponéis la calefacción y después abrís las ventanillas.
3. Adiós sequedad
Los ambientes secos no ayudan y menos aún para los recién nacidos. Una forma de evitar resfriados es mantener su habitación con cierto grade de humedad (lo ideal es aproximadamente de un 25% de humedad). Para ello puedes hacer uso de un humificador, pero recuerda que debes ventilar el espacio después.
El frío también produce mucha sequedad en la piel: las manitas y los labios son las zonas más afectadas de tu bebé así que lleva siempre contigo un bálsamo o crema para hidratarle.
4. Vestido para la ocasión
Antes de salir a la calle hay que ir correctamente equipado: unas manoplas o guantes, un buen calzado (o patucos dependiendo de su edad y capacidad para andar), calcetines que no le hagan rozaduras y un verdugo para proteger sus oídos del frío.
Cuidado porque las bufandas pueden complicarle un poco los movimientos por lo que para evitar caídas o ahogamientos, mejor guardarlas en casa y esperar a que sea un poquito más mayor. Como alternativa, puedes usar una braga de cuello que va a evitar el resfriado. Si aún va en el carrito, un saco que le proporcione calor en el cochecito es perfecto.
5. Toca baño
Después de un día de paseos y juegos, toca un baño relajante y calentito. Excederse en el tiempo de baño tampoco es bueno ni necesario. Con 10-15 minutos tu pequeño estará limpito y listo para dormir. La temperatura del agua debe estar a partir de 28ºC aproximadamente.
Antes de meterle en la bañera, prepara su pijama, toalla y albornoz y déjalos cerca. Cuánto más reduzcas el tiempo de espera entre sacarle de la bañera y vestirle, mejor. Si puedes ponerlos un par de minutos antes en el radiador para que estén calentitos, tu bebé será la mar de feliz. El pijama de cuerpo entero evita que por la noche se destape y el frío haga de las suyas.
6. Cuida la alimentación
La alimentación juega un papel muy importante a la hora de frenar posibles virus y evitar resfriados. Lo primero que hacen los maliciosos gérmenes es atacar la piel, las mucosas y la flora intestinal. Esta última tiene que estar fuerte y preparada para enfrentarse al catarro: las vitaminas A (verduras en su mayoría), la C (frutas) y D (pescado azul e importante, la luz del sol) tienen que estar presentes en la dieta de tu pequeño.
7. Extra de mimos
Está demostrado que el sistema inmunitario está relacionado con el estado de ánimo. Al igual que a los adultos, una etapa complicada, con algún altibajo (en los peques se puede traducir en la vuelta al cole, cambios notables en las rutinas, si echan de menos a alguien…) influye en nuestras defensas. Si tu peque se pone malito, unos mimos extras con grandes dosis de abracitos y achuchones le reconfortará para recuperarse más rápido y mejor.
8. Lavado de manos
Puede parecer un asunto menor pero es esencial. Unos 150 tipos distintos de gérmenes conviven en nuestras manos. Tocamos en todas partes y esos gérmenes se acumulan y se van transmitiendo. Ojo, porque con los besos pasa lo mismo.
Lavarse bien las manos es un punto fundamental para evitar resfriados y contagios, especialmente en la guardería. Es tan importante que la OMS lleva a cabo campañas de concienciación. El lavado de manos debe durar entre 40 y 60 segundos con suficiente jabón como para que cubra las palmas de las manos y también el espacio entre los dedos. Frotar bien, entrelazar los dedos y utilizar un cepillo de uñas. Sigue los consejos
Protege a tus niños de las “maldades” del frío y evita resfriados con estos consejos.
Fuentes consultadas:
http://www.who.int/gpsc/5may/tools/es/
https://www.bebesymas.com/momentoschicco/como-prevenir-resfriados-en-los-mas-pequenos-de-la-casa
http://enfamilia.aeped.es/temas-salud/catarro-resfriado
http://serpadres.com/ninos/prevenir-resfrios-en-ninos/43291/